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HISTORIAS DE PESCA.

Un día de pesca en La Garandilla, río Omaña.

 Así fue un día de pesca en La Garandilla , río Omaña , pocas truchas y pequeñas, pero bonitas como esmeraldas. Con estas aguas tan claras y las truchas tan zurradas, hay que armarse de paciencia y esmerarse mucho en la presentación si quieres llevar alguna a la sacadera, y uno ya no está para afinar demasiado. Trucha de la Garandilla. Son las once de la mañana, las campanas suenan a misa mientras un sol receloso aparece y desaparece entre nubes blancas algodonosas. El río, en buenas condiciones, se presta para pescarlo a mosca seca y a ninfa. El puente de piedra de La Garandilla donde dejo el coche aparcado, invita a imaginar a las aldeanas de Valdesamario que en tiempos pasados lo cruzaban sujetándose las faldas para que la brisa del atardecer, que siempre aparece por aquí, no se las levantase. Casi debajo del puente, clavo la primera trucha que sale repetidamente del agua, dando acrobáticos saltos en el aire y finalmente soltándose. Es el precio que hay que pagar por pescar con...

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