Encuentros con animales salvajes
Sentado en mi mesa junto al radiador, en un día desapacible de frío y niebla con gotas de lluvia golpeando la ventana, pensaba en la afirmación de Thoureau: “Muchos hombres pescan toda la vida sin saber que no son los peces lo que buscan” . Quizás Robert Traver lo expresó mejor en su “Testamento de un pescador”: “Pesco porque me encanta; porque amo los entornos donde viven las truchas, porque son invariablemente hermosos, y odio los lugares donde se encuentran multitudes de personas, que son invariablemente feos…” En esos hermosos paisajes —ya sea caminando hacia el río, recorriendo sus orillas o vadeando sus aguas— seguro que te habrás topado con algún personaje interesante. No, no me refiero a pescadores ilustres, sino a los encuentros con esos animales salvajes de cuatro patas que viven en las orillas del río o muy cerca de él. El verano pasado, pescando el Curueño a la altura de Sopeña, oí el crujido de unos pasos entre la hierba seca recién segada de un prado cercano. Me detu...



