HISTORIA DE UNA MOSCA DE "PELÍCULA", LA BUNYAN BUG.

En el oeste americano, como en el resto del país todo es grande comparado con lo que tenemos aquí. Los edificios son grandes, los coches son grandes, los ríos y las truchas son grandes, las distancias entre ciudades son grandes, hasta para los saltamontes las distancias en este país son grandes. Y también es grande la "Pteronarcys californica", un plecóptero conocido como "Salmonfly" , o "giant stonefly", algo así como la mosca de la piedra gigante, el doble de grande que nuestra popular mosca de la piedra, la "Dinocras cephalotes".
Esta es un poco la historia de esta mosca, que no es otra que la propia historia de la pesca con mosca en los Estados Unidos de Norteamérica.

La Bunyan Bug original de Norman Edward Lee, 1923.

Leyendo la famosa novela de Norman MacLean traducida al castellano bajo el título de "El Río de la Vida ", uno se adentra en los famosos ríos del oeste americano, escenarios soñados por muchos pescadores con mosca, por sus paisajes grandiosos, por sus salvajes truchas toro y arco iris, especialmente cuando las grandes eclosiones de estos enormes plecópteros las hacen salir de sus refugios acelerando el pulso a los pescadores que intentan capturarlas.

¿ Quien no soñó alguna vez con pescar el mismo río de la película de Robert Redford " El Río de la Vida " ? Además de vernos reflejados en el espíritu noble de los protagonistas, temblamos e incluso lloramos ante aquellas imágenes, aquellos bosques y aquellas aguas.

Esta bella historia que nos cuenta Norman MacLean guarda muchas similitudes con mi hermano Luis y yo. Nuestra infancia también transcurrió entre los ríos de nuestro entorno y los rígidos valores de una educación católica en el colegio de los PP Agustinos de León.
Norman, el hermano mayor, tiene un temperamento tranquilo y reflexivo, como yo, mientras el hermano más pequeño Paul, es más fogoso e impulsivo, como mi hermano Luis. Uno monta las moscas y otro las pierde entre las ramas de los árboles. Dos hermanos que descubren la belleza de la Naturaleza en un entorno privilegiado y aprenden juntos a respetarla y quererla, y poco a poco van conociendo los secretos del río, de los peces y de la pesca con mosca.

En cierta medida también me siento identificado con Paul, porque cuando las cosas se tuercen, prefiero recurrir a mi mismo para salir del apuro. No concibo la idea de que alguien me diga que mosca debo poner, ni tampoco utilizar otras moscas que no sean las mías. Pero a diferencia de Paul y de mi hermano Luis que con media docena de artificiales tienen suficiente para imitar la mayoría de los insectos acuáticos, yo llevo mis cajas repletas de moscas bien ordenadas como Norman y nunca en el sombrero como Paul, aunque lo malo de llevar tantas moscas es que a menudo te falta la apropiada para el momento.



Lo que no acabo de entender de esta historia que nos cuenta Norman MacLean, es como su hermano Paul, un consumado artista de la pesca con mosca que roza la perfección, viviera al mismo tiempo esa mísera vida paralela de la bebida, el juego y las peleas que finalmente le condujeron a la muerte. Una paradoja más de la que está construida gran parte de nuestra existencia.

Con el hermano mayor y artífice de esta historia que es Norman, me identifico por su forma de ser, tranquila y responsable, y porque después de toda una vida pescando truchas, sigo teniendo miedo a perder las moscas entre las salgueras de las orillas, todo lo contrario que mi hermano Luis, el arriesga más que yo, apura el lance hasta el límite, y cuando enreda la mosca entre las ramas, yo soy el que cruza el río para recuperarla. Mi hermano entabla conversación con cualquier pescador que se cruza en nuestro camino, yo sin embargo, soy mucho más reservado y procuro pasar desapercibido. Yo soy el responsable de mantener la bebida fresca en los calurosos días de verano, el solo pregunta al final de la jornada de pesca si tengo algo fresco para su reseca garganta. Yo siempre soy puntual en las citas de pesca, el siempre llega con algún minuto de retraso, pero llega, porque para nosotros como para los MacLean, la pesca tiene algo de sagrado.

Por supuesto que de niños también mediamos nuestras fuerzas con frecuentes peleas, esta es una de las razones por la cual identifico a mi hermano con Paul, estoicismo frente a la adversidad.
Mi hermano Luis vadea el río como nunca he visto hacerlo a otro pescador, a el no le preocupan demasiado las fuertes corrientes, sabe perfectamente lo que tiene que hacer y por donde vadear el río, en muchas ocasiones hemos cruzado el río agarrados de la mano por alguna inesperada crecida, eso sí, el siempre por delante marcando el camino a seguir.

Mi hermano tiene un lance potente, llega y pone la mosca donde quiere, aunque con muchos defectos, porque nosotros no tuvimos la suerte de los hermanos MacLean, a nosotros nadie nos enseñó a lanzar la mosca ni a manejar la línea, nosotros fuimos autodidactas en un mundo desconocido, y los vicios que se cojen cuando empiezas, son luego difíciles de erradicar.



LA MOSCA DE "PELÍCULA".

La " Pteronarcys californica" es uno de las grandes insectos acuáticos de los Estados Unidos de Norteamérica, las hembras adultas llegan a medir hasta cinco centímetros de largo y ocho centímetros con las alas extendidas. No es de extrañar por tanto que los pescadores con mosca de la época de los MacLean tubieran problemas para imitarla correctamente.

El ciclo vital de este insecto es muy parecido a nuestra popular "mosca de la piedra", la Dinocras cephalotes, pero las eclosiones de la californica se desarrolla en periodos muy cortos de entre ocho a diez días y en condiciones ambientales muy particulares, de manera que es una lotería para los pescadores americanos encontrarse con alguna eclosión de este insecto, todo lo contrario que nuestra "mosca de la piedra", que podemos disfrutar pescando con ella desde abril hasta bien entrado el mes de julio en los ríos de montaña.

Los pescadores con mosca americanos de principios del siglo XX tenían verdaderos problemas, no sólo para imitar este insecto de dimensiones descomunales, sino también para mantenerlos a flote en ríos de corrientes fuertes y tumultuosas, donde precisamente este insecto tiene su hábitat preferido.

El fabricante de cañas de bambú Paul Bunyan, que en realidad se llamaba Norman Edward Lee Means, resolvió este primer problema montando el cuerpo con un trozo de corcho y posteriormente haciendo un perfecto trabajo de modelismo. Acabado el cuerpo lo pintó con pintura indeleble y lo barnizó con varias capas de barniz transparente. El problema que se le presentó para imitar las enormes alas desplegadas del insecto, lo resolvió con mechones de grines de caballo marrones. Esto le llevó a crear la "Bunyan Bug" alrededor del año 1927, y esta mosca es precisamente la que aparece en varias escenas de la película de Robert Redford, y que en una de estas secuencias se la ofrece a su hermano Paul viendo que no llevaba ninguna imitación parecida, y que este rechaza irónicamente.

La mosca supuestamente fue sugerida por Norman MacLean y creada por Norman Edward Lee Means, ambos de la ciudad de Missoula en el estado de Montana. O podría haber sido al revés, no se sabe a ciencia cierta. En cualquier caso la mayoría está de acuerdo en que la "Bunyan Bug" fue diseñada para imitar a la "Salmon Fly en aguas rápidas.

Hoy día esta mosca original aún se encuentra a la venta, quizás más como objeto de decoración y recuerdo que como imitación para ser usada.
Otros montadores de la época de los MacLean encontraron diferentes soluciones, tal vez alguna más sencilla, pero igualmente con una historia detrás.

La "Sofa Pillow" de Pat Warnes, 1940.

En 1940 unos pescadores se vieron sorprendidos en una jornada de pesca por una eclosión de la "Pteronarcys californica", sin nada remotamente parecido en sus cajas de moscas, desesperados de ver como las grandes truchas ignoraban sus imitaciones una y otra vez, decidieron ir en busca de ayuda a la tienda de Pat Barnes, este les proporcionó una imitación muy simple de la "giant stonefly" con un cuerpo de seda roja, anillado con hilo dorado plano y alas formadas por un mechón de pelo de ardilla abatido sobre el cuerpo, una cola de pluma compacta teñida de rosa y un collar Brown claro muy poblado.
Al ver el enorme moscardón uno de los pescadores dijo que eso se parecía más a una almohada que a una mosca, y ese fué el nombre que le dieron a esa mosca, la "Sofa Pillow". Una mosca de flotación limitada, y no precisamente por su poblado collar, sino más bien por sus dimensiones y el material empleado para su confección.

Improved Sofa Pillow.

La "Sofa Pillow" pronto conoció una versión mejorada, la "Improved Sofa Pillow", a la que se incorporó un mechón de pelo de ciervo para la cola, también se incorporó una pluma Brown clara en palmer alrededor del cuerpo formado con dubbing naranja, sustituyendo el anillado dorado plano, y finalmente unas alas de pelo de ciervo abatido sobre el cuerpo.
El resultado fue una mosca de aspecto mucho más moderno, aunque igualmente aparatoso como su predecesora, pero algo más fácil de mantener a flote.

La Royal Stimulator de Randal Kaufmann. 

La "Royal Stimulator" no es más que una variante de las anteriores, creada por el gran montador americano Randal Kaufmann. Las modificaciones con respecto a su predecesora, la "Improved Sofa Pillow" son mínimas, el único detalle diferente es que el collar se monta en vueltas separadas a modo de palmer sobre un tórax abultado de dubbing rojo.

Sin embargo, Kaufmann pronto se dió cuenta de que estas grandes imitaciones también funcionaban con otros colores diferentes del rojo original, de manera que ya no se trataba de imitar exactamente al insecto en cuestión, sino de aprovechar las propiedades de atracción de estos modelos. Y así fueron surgiendo múltiples variantes de distintos colores : naranja, amarillo, verde, negro, etc. Y también fueron apareciendo combinaciones de colores como la famosa "Royal Coachman", pavo real - seda roja -pavo real, o pavo real - seda naranja -pavo real, etc.

Verde Stimulator, (Green Stimulator).

La eficacia, la flotación y la gran visibilidad en aguas turbulentas, hizo crecer enormemente la popularidad de esta serie de moscas en el oeste americano, pero también en Alaska, La Patagonia y Nueva Zelanda, y es que estas moscas tan grandes se sienten particularmente a sus anchas en amplias extensiones de aguas rápidas.

En los días más cálidos y soleados del verano, los bosques de Montana y de otras regiones de Norteamérica, están llenos de docenas de cigarras. Este gran insecto terrestre se vuelve tan numeroso que muchos caen al agua y se convierten en alimento fácil para las hambrientas truchas toro, arco iris y marrones. El "Stimulator" proporciona el tamaño y la silueta adecuados para engañar a la mayoría de las truchas que se alimentan de estos grandes insectos, ya sean terrestres o acuáticos. Es otra de las razones por que esta mosca se ha vuelto tan popular entre los pescadores de mosca de todo el mundo. 

Buscando alguna utilidad de estas moscas para nuestros ríos, podrían perfectamente pasar por saltamontes o grillos, porque suplantar con estos modelos nuestra "mosca de la piedra" o algún tricóptero va a resultar francamente difícil, aunque en esto de las moscas, lo mejor aveces es estarse callado por si acaso.

De la mosca original, la "Bunyan Bug", una mosca creada para imitar la silueta de la hembra Pteronarcys californica cuando esta roza la superficie del agua para depositar sus huevos, batiendo sus enormes alas para no perder el equilibrio, lo mismo que la describió acertadamente en su novela Norman MacLean :《... un poco como una mariposa que ha caído accidentalmente al agua y no puede levantar el vuelo batiendo sus alas en un desesperado intento por volver a volar de nuevo 》.

La "Bunyan Bug se concibió para confundir a las truchas con el insecto natural, sin embargo, todos los modelos derivados de la original se deben encuadrar en la categoría de moscas atractoras o de fantasía, moscas que no imitan ningún insecto en particular, concebidas para llamar la atención de las truchas en aguas rápidas y provocar el ataque de los peces.

Inevitablemente una vez abierta la veda de la imaginación, otras versiones no menos llamativas fueron apareciendo incorporando nuevos materiales, desde patas de goma a los cuerpos hechos con foam, pasando por materiales sintéticos para las alas, etcétera, hasta convertir la mosca original en una artificial más indicada para pescar el black bass en algún estanque, que para pescar las bravas truchas toro y arco iris del río Big Blackfoot donde pescaba la familia MacLean, en la actualidad Blafoot  (pies negros), nombre que se debe a una tribu que moraba los alrededores del río a principios del siglo pasado, en la región en la que hoy se levanta la ciudad de Missoula en el estado de Montana. Río de frías y claras aguas que horadan fondos rocosos y zonas arenosas, con corrientes y rápidos entre una vejetación de "pelicula", con profundas pozas y someras orillas, todas ellas llenas de oportunidades y de grandes peces.

El "sauce del lobo" con sus hojas de color verde plateado escoltan al río Gallantin donde se rodaron algunas escenas de la película "El Río de la Vida". 

Resulta espeluznante el pensar solo por un momento que aquella historia transcurrió entre las márgenes de algo tan hermoso y que muchas veces haciendo tal o cual lance en alguno de nuestros ríos, uno tiene la sensación de estar escuchando algunas de las profundas frases de Norman MacLean : {... Entonces, en la media luz ártica del cañón, toda existencia se funde con mi alma, mis recuerdos y los sonidos del Big Blackfoot y un ritmo de cuatro tiempos y la esperanza de que suba algún pez }.

Escribiendo esta pequeña historia sobre esta mosca, uno tiene la sensación de estar reviviendo los recuerdos de la juventud. Las increíbles pescatas de reos en los bellísimos ríos asturianos, las enormes y combativas truchas del Pisuerga, las bravas y esquivas truchas del Pedroso, las grandes pescatas con la "sarnosa" en el Omaña y con la "saltica" en los atardeceres veraniegos en el Órbigo, las alocadas carreras por ocupar las mejores tabladas en el Esla ...

Los recuerdos de pesca son como una fuerte droga, como un poderoso istimulante que envuelve el alma hasta hacerla enloquecer.
Es una perdida de tiempo buscarle un sentido a esta locura, más puede uno estar seguro de que es así, de que los recuerdos del pasado se aferran a uno como si formaran parte de nuestro cuerpo, permitiéndonos obtener esa paz interna, ese brillo en los ojos, y la tranquilidad del alma.

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