Satisfacción y éxito

Para la mayoría de nosotros, sentirse satisfecho después de un día de pesca, significa haber llevado un buen número de peces a la sacadera, y entre ellos alguno grande. ¿O no es así?

Consejos de pesca con mosca

¿Pero, es realmente el número de peces capturados nuestro mejor indicador de satisfacción en una jornada de pesca? Probablemente no. En cambio, sugiero que la satisfacción no sea por el número de peces capturados, sino por saber que mejoraste tu técnica de pesca tomando medidas correctoras para ser mejor pescador. Luego, en ese proceso de ir refinando día a día tus habilidades, los peces irán llegando a la sacadera con más frecuencia, de eso no te quepa la menor duda.

Algunos pescadores con mosca tienden a vincular el número y el tamaño de los peces capturados con el éxito. Sin embargo, el río nos enseña a todos que hay algunas cosas que no se pueden controlar. Por ejemplo, no podemos hacer que las truchas activen su metabolismo cuando llegamos al río, o que las ninfas de una determinada especie de insecto acuático emerjan a la superficie y se transformen en subimagos. ¿Los mejores pescadores pueden cambiar esto? Pues no, en realidad no. Los mejores pescadores que conozco tienen días tan malos como cualquier otro pescador, y si encuentras alguno honesto, te dirá la verdad, no importa lo bueno que sea pescando, puede un día pasar de héroe y al siguiente cero patatero, todo depende del las truchas.

No olvidaré el día en que un amigo me dijo que había estado pescando con un pescador de alta competición el coto de Cerezales, el mismo coto que lo había pescado yo el día anterior. Le pregunté que tal lo habían pescado, me respondió que a duras penas habían sacado un par de truchas cada uno. Yo le dije que había pescado el mismo tramo el día anterior, y que había perdido la cuenta de las truchas que había capturado. Mi amigo sonrió y yo le agradecí su honestidad.

Coto de pesca Cerezales, río Porma.

Si bien el pescador novel seguramente necesite de vez en cuando tener algún pez clavado al final de su bajo de línea, aunque solo sea para ver que su táctica es sólida, el pescador experimentado tiene suficiente confianza en sus habilidades como para reconocer cuando las derivas son buenas, pero las truchas no están por la labor de subir a la mosca. Llegar a esa conclusión, amigo pescador, requiere muchas horas de río.

¿Cuántas ninfas naturales, subimagos, imagos muertos, deja pasar una trucha en un día? Piénsalo. Tal vez las truchas tengan el metabolismo de alimentación activado, pero la mayoría de los insectos que derivan por la corriente no lo hacen por su radio de alimentación, o tal vez las truchas simplemente no tengan hambre en ese momento. ¿Realmente puede ser así de simple? ¡Pues claro que sí!

A veces la pesca con mosca puede resultar algo complicada, y desarrollar nuevas habilidades puede suponer pasar mucho tiempo practicando en el agua. Muchos pescadores acuden a foros de pesca para aprender nuevas técnicas y tácticas, pero lo realmente importante es el tiempo que pasamos en el agua pescando, conocer los entresijos de la pesca con mosca, saber reconocer una buena deriva de otra mediocre, saber cuando desistir de capturar una trucha y buscar otra que quiera nuestra mosca, considerar en cada momento las mejores posturas. Eso es lo que realmente necesitas.

Río Esla.

Buscar el éxito en el número de peces capturados en un día afortunado, te obligará a abandonar en poco tiempo este deporte. Eventualmente, solo irás al río los días que presagian buena pesca, esos días encapotados de cielos grises, cuando alguien te diga que hoy puede ser un buen día para pescar truchas, y aun así, encontrarás decepción, porque tus habilidades estarán en declive.

Día tras día, a pesar de los años y la experiencia, pesco para refinar mis tácticas y aprender otras nuevas. Finalmente, sé lo que es una buena deriva. Así que me concentro en perfeccionarlas, tanto pescando con ninfa como a seca, y a medida que pasan las temporadas, pongo el listón más alto. Quiero derivas perfectas, no solo buenas. Luego, en todo este proceso de puesta a punto, las truchas van llegando a la sacadera.

Al concentrarme en la habilidad de pescar mejor y aprender nuevas formas de engañar a los peces, tengo el control de mi propio disfrute. Algunas jornadas de pesca todo se entrelaza cuando mi técnica es la adecuada y las truchas están por la labor. Y te aseguro que esos días son muy divertidos.

Pesca duro, amigo.

Hermoso ejemplar del Porma.
  

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