TRES CONSEJOS PARA EL FINAL DE LA TEMPORADA.

 A finales del verano y principios de otoño, cuando finaliza la época de riegos, la escasez de agua y las truchas asustadizas son el denominador común en nuestros ríos. 


Una vez que los pantanos cierran sus compuertas, el bajo nivel del agua en los ríos regulados es considerable. 

Si bien la mayoría de las técnicas de pesca con mosca producirán buenos resultados, la mosca seca suele ser la mejor opción para esta época del año. Aunque todavía se producen algunas eclosiones, la reducida actividad de los insectos acuáticos, tanto por encima como por debajo de la superficie del agua, a menudo deja a las truchas en busca de alimentos, más específicamente de insectos terrestres. 

Pero mientras las truchas miran hacia arriba para alimentarse, también están alertas a cualquier depredador o peligro que venga del cielo, lo que pone sus alarmas de protección evolutiva en alerta máxima. 

Tener éxito a mosca seca durante este último tercio de la temporada, significa ante todo ser sigiloso. Emplear algunos consejos de sentido común para ayudar a mantenernos fuera de la vista y de la mente de las truchas que perseguimos, puede mejorar significativamente nuestros resultados.

PRIMER CONSEJO 

-Alarga tu bajo de línea:

Las líneas de mosca que se posan en la superficie del agua durante el lanzamiento o presentación, es quizás la forma más común de asustar a los peces, especialmente con caudales bajos y aguas claras. No importa lo delicado y experto que sea el pescador lanzando, cada línea de mosca por muy fina que sea tiene masa y, a menos que puedas desafiar la gravedad, aterrizará en la superficie desplazando cierta cantidad de agua y causando una perturbación. 

Si encuentras que tus lances asustan a los peces, alarga el bajo de línea. Cuanto más largo sea tu bajo, más lejos estará la mosca de la línea, o sea, de la masa de la línea, y es menos probable que asustes al pez que persigues. Si eres nuevo en la pesca con mosca, te recomiendo que tu bajo de línea no exceda de los doce pies, (más o menos tres metros y medio). A medida que vayas dominando el lanzado y otras habilidades de control de la línea y del bajo, podrás empezar a pescar con bajos más largos si las circunstancias lo requieren. 

SEGUNDO CONSEJO 

-Pesca silenciosa:

Una línea de mosca descentrada de peso seis y un bajo corto, asustará a los peces más que una línea de peso tres con el mismo bajo de línea, pero también lo hará una línea de mosca parcialmente hundida al sacarla del agua para hacer nuestro próximo lance. Una línea de mosca hundida, incluso un bajo de línea sumergido, debe romper la tensión superficial del agua antes de poder sacarlos, lo que a menudo suele causar una fuerte perturbación. 

Si la línea y el bajo causan demasiada perturbación al sacarlos del agua, es muy probable que los peces cercanos se asusten antes de presentar nuevamente la mosca, robándote así esa segunda o tercera oportunidad. 

Si bien existen varias técnicas que ayudan a minimizar una salida brusca de la línea del agua, la técnica más efectiva es engrasar la línea y el bajo con un flotador de grasa no un gel. Un flotador de grasa se adhiere a la línea y al bajo, y los mantiene flotando altos y por más tiempo que una aplicación de hel, porque el gel está diseñado para moscas, no para líneas de mosca y bajos. 

Una línea y un bajo de flotación alta, se despegan del agua con más facilidad y las perturbaciones son mínimas. 

TERCER CONSEJO 

-Empieza pescando en corto:

Otra causa muy común de asustar a los peces es lanzar sobre el primer pez que has visto cebarse, esto se denomina en el argot mosquero como "forrar el pez". Este es un error que la gran mayoría de pescadores con mosca cometen y que suele producirse por impaciencia. Aquí te voy a poner un ejemplo para una mejor comprensión:

Entras al agua y ves una trucha cebarse en la otra orilla frente a ti o aguas arriba que para el caso es lo mismo. Tu instinto es lanzar inmediatamente a ese pez que está subiendo. Al hacerlo, la línea se posa muy cerca de otros peces que tú no has visto, pero que están muy cerca del pez que si has visto cebarse. Estos peces huyen y terminan asustando al pez que intentabas pescar. De repente, el pez que viste cebarse ha dejado de hacerlo y te preguntas ¿por qué? Quizás le asusté con mi presencia o, ¿tal vez se percató del engaño? Lo cierto es que se acabó lo que se daba. 

Mi consejo es que realices primero lances cortos por si hubiera alguna trucha más puesta que tú no hayas visto subir, luego alarga lentamente cada lance que proceda hasta hacer el lance definitivo a la trucha que si has visto cebarse. 

No hay forma alguna de eliminar totalmente el asustar a los peces, pero podemos reducir la frecuencia con la que lo hacemos. Estos tres consejos de sentido común aumentarán tus posibilidades de éxito la próxima vez que te encuentres pescando en aguas claras y niveles bajos de caudal como suele ocurrir en esta época de finales de temporada, o en cualquier otro momento en el que el sigilo sea crucial, que en nuestros ríos es la mayor parte del tiempo. 

Buena pesca.  

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