TRUCHAS SALVAJES FRENTE A REPOBLADAS.

Independientemente del tipo de pez que te guste pescar y como lo pesques, no estoy aquí para juzgarlo. Si eres de los que creen que todas las truchas son iguales y disfrutas pescándolas, entonces has logrado lo más importante. A veces eso es todo en la pesca. Sin embargo, existen tremendas diferencias entre las truchas repobladas y las salvajes, por ejemplo: la tasa de crecimiento, la selectividad, la apariencia, el comportamiento, etc. Cada una de estas variables son ... Bueno, eso, variables.


Asamblea diaria de truchas en una piscifactoría a la espera del granulado.

La historia de la trucha en León es triste. En algún momento a lo largo del siglo pasado, la idea de que los humanos y la ciencia podrían crear un producto mejor que el que ofrecía la naturaleza se quedó atascado en las mentes y subculturas de los más entendidos. Inicialmente, la trucha de criadero fue una concesión gubernamental para los maltrechos ríos leoneses que era algo así como: "lamentamos haber destruido tus ríos y las truchas salvajes que en ellos vivían por una gestión atroz, por la devastación de la minería del carbón sin restricciones, y por la falta de sensibilidad para la regulación de los vertidos al río. Pero no se preocupe, hemos creado para usted la trucha de criadero y es mejor que la de verdad". Después, todo fue cuesta abajo.

En verdad, la responsabilidad también es tuya y mía. Debemos ayudar a cambiar la tradición anticuada de repoblar los ríos con truchas de criadero y valorar más nuestros ríos con truchas salvajes nacidas en el propio río, siempre naturalmente que sea posible. Para seguir adelante y cambiar la tendencia hacia la priorización de la trucha salvaje, es importante que todos los pescadores de captura y liberación vayan juntos de la mano. Pescadores activos decididos a ver prosperar nuestros peces silvestres en aguas limpias. Esa actividad se puede manifestar de muchas formas diferentes, desde incitar a otros pescadores en defensa de la trucha salvaje hasta fomentar la pesca sin muerte en todos nuestros cursos fluviales. Todo cuenta y es válido. Mejor aún, la recompensa será buenos e inolvidables momentos en el agua, una comunidad solidaria y un futuro salvaje abundante para las nuevas generaciones de pescadores. No es demasiado tarde ni demasiado pronto. 

¿Por qué valoramos más los peces salvajes sobre los repoblados?

Todos estamos de acuerdo que la mejor trucha es la que ha creado la naturaleza. A través de la selección natural, las poblaciones de truchas salvajes se han adaptado a su entorno. Una trucha salvaje se ocupa desde el primer momento de  rastrear la comida. Este comienzo sin ayuda, genera un pez fuerte y astuto que reacciona y se mueve de acuerdo con su entorno y con la vida que le rodea. Vive donde se supone que debe vivir y come lo que se supone debe comer. Una trucha salvaje es parte natural de un ecosistema fluvial. 

Ciertamente, no todos los tramos sin truchas deberían ser repoblados con truchas de criadero, pero si es el tipo de tramo que alguna vez tuvo truchas salvajes antes que los humanos lo arrasaran, entonces probablemente sea una opción decente repoblarlos con alevines autóctonos nacidos en cautividad a partir de huevos fecundados por reproductores autóctonos de cada cuenca.

La provincia de León almacena alevines autóctonos en algunos ríos y arroyos que podría sorprenderte, y estoy impresionado con la calidad y apariencia de las truchas adultas que fueron liberadas en el río como alevines. Así que si no es salvaje, entonces lo mejor es un alevín nacido en cautividad de aproximadamente diez centímetros que pertenezca a la misma cuenca hidrográfica que sus progenitores.

Estos alevines se convierten en truchas adultas al pasar dos o tres temporadas en un hábitat natural, buscando alimentos naturales y tomando buenas decisiones para la supervivencia diaria. Estos alevines autóctonos adoptan rápidamente casi el aspecto y el comportamiento de las truchas salvajes, la desventaja es que todavía tienen restos de genes de truchas de criadero, además la mortandad es muy alta, se crían miles de alevines para obtener un rendimiento mínimo, pero los pocos que sobreviven a menudo se convierten en peces muy buenos, tan buenos como los mismos peces salvajes.

 

Trucha repoblada como alevín autóctono, quizás con una o dos temporadas en el río.

Trucha de repoblación, río Omaña. Tal vez liberada como alevín autóctono.

Entiendo la locura que generaba antaño la apertura de la veda, en gran medida por la cantidad de peces repoblados que tenían los ríos. Lo entiendo, entiendo la tradición y todavía puedo sentir la emoción la noche anterior al gran día de la apertura. Los peces repoblados que perseguíamos mi hermano y yo nos unió mucho y eso les da a estos peces un valor extraordinario. Pero también recuerdo ese mismo día y me entristece ver filas de jóvenes pescadores aprendiendo a pescar con truchas con aletas deformadas y hocicos destrozados. 

Los peces de criadero se seleccionan genéricamente para alimentarse agresivamente y crecer rápidamente. Han vivido toda su vida en un entorno artificial, a menudo en comederos de hormigón superpoblados, sufriendo con frecuencia malformaciones. Comen granulado marrón, similar a la comida seca para perros, por lo que su carne no se parece en nada a la de un pez salvaje 

En un criadero, las truchas nunca aprenden a alimentarse selectivamente. Salvo algunas excepciones, en lugar de evitar el movimiento por encima de sus cabezas como una posible amenaza peligrosa, se acostumbran a asociarlo con la comida que está a punto de desparramar el empleado por encima de ellas. Cuanto más grande es la trucha de criadero, más tiempo ha permanecido viviendo con las reglas artificiales y, francamente, más tonta será cuando se la suelte en el río. 

En pocas palabras, los rechonchos grandes que tan a menudo vemos en las manos de algunos pescadores, no son trofeos. ¿Divertido de pescarlos? Por supuesto que si, pero... ¿Algo especial o de algún valor que podamos presumir? No.


Trucha de criadero, E.D.S. Santa Marina del Rey, río Órbigo

La gerarquía de la trucha salvaje 

Los peces de criadero deben desempeñar un papel específico, proporcionando oportunidades a los pescadores que quieran llevárselos a casa y solo soltarlos allí donde la trucha salvaje no pueda prosperar adecuadamente, y nunca mezclarlos con poblaciones sanas como se ha venido haciendo hasta ahora, probablemente en numerosos de estos casos podríamos hablar incluso de presuntos delitos ecológicos, de manera que no sería raro (aviso a navegantes) que el tiempo y, en su caso, los tribunales se ocupen de poner a cada cual en su lugar.

Los gestores de la pesca fluvial tienen la responsabilidad no solo de dar satisfacción a la demanda pesquera, sino también y sobre todo de manejar de forma sostenible los recursos piscícolas naturales. Muchas veces, somos los propios pescadores quienes desconocemos la realidad y nos negamos a aceptarla cuando se nos expone, pero hay que decir también que fueron las administraciones quienes extendieron el mito de la repoblación, y en demasiados casos no se han preocupado de desmontarlo, ya que es más fácil echar peces de criadero para que la gente los pesque que cuidar y gestionar debidamente los recursos y hábitat existentes.

El impacto de las piscifactorías

Es cierto que hoy va habiendo mayor sensibilidad con estos temas, pero la gran mayoría de la gente continúa ignorando los perjuicios que viene causando la introducción o repoblación con especies foráneas, ya sean animales o vegetales sobre nuestro patrimonio natural, como también se desconocen los quebrantos que las piscifactorías causaron en el pasado a nuestros ríos y peces, y siguen causando. Por numerosas y desagradables experiencias se sabe aunque a menudo se olvida, que la acuicultura industrial, tanto de especies foráneas como autóctonas, representa de hecho un serio peligro para las poblaciones silvestres. 

El tema es amplio y da para un tratamiento monográfico, solo decir que las piscifactorías como cualquier granja, suelen ser un nido confortable para diversos agentes patógenos como la saprolegnia que, si bien en muchos casos es propia de la población salvaje, encuentran en el hacinamiento de cubas y estanques las condiciones ideales para prosperar. Además, esta piscifactorías se suelen instalar en tramos fluviales medios y altos, ya que necesitan agua de calidad que captan y luego devuelven a los cauces, a menudo contaminada o insuficientemente depurada. Es frecuente el vertido de residuos orgánicos provenientes de descomposición de escrementos y pienso, acompañados de restos de fármacos y tratamientos químicos utilizados para mantener la salud de los peces.

Por otro lado, como quiera que es prácticamente imposible aislar completamente una piscifactoría del medio exterior y que, todo hay que decirlo, las piscifactorías de nuestra provincia, públicas o privadas tampoco parecen poner mucho empeño en conseguirlo, el hecho es que dejan escapar muchos peces que, contaminación genética aparte, con frecuencia han transmitido enfermedades a las poblaciones de truchas nacidas en el río, provocando casos de mortandad de estos peces.

No dudo de que la acuicultura pueda ser una actividad ambientalmente compatible, pero estoy convencido de que en nuestra provincia no lo es. El hecho cierto es que seguimos sin cuidar nuestros peces salvajes y mucho menos los río donde viven. Sin embargo, muchos pescadores siguen viendo en la repoblación sistemática, (ahora con peces genéticamente más puros), la panacea que permitirá seguir pescando truchas. La realidad es que la repoblación con "alevines y truchas autóctonas" también puede aparejar serios peligros para las poblaciones salvajes. Entiendo que habrá muchas opiniones y que muchos pescadores no habrían adoptado este deporte de la pesca con mosca sin las truchas de piscifactoría, sin embargo, la trucha salvaje nacida en el río tiene un valor mucho más alto.

Estudios de comportamiento demuestran que las truchas autóctonas nacidas en cautiviad y posteriormente liberadas en el río, son más propensas a agregarse en cardúmenes y nadar entre dos aguas, mientras que las truchas nacidas en el río son más territoriales y tienden a permanecer más pegadas al lecho del río, lo que da menos facilidades a los depredadores.

Para finalizar

No hay argumentos válidos que demuestren que las repoblaciones en general sean la solución al declive de nuestros río. Sin embargo, si hay innumerables razones para pensar que más bien son un grave problema. Dicho de otro modo, las repoblaciones no han demostrado traer ningún bien a nuestros peces salvajes, mientras que si han traído numerosas enfermedades y otros males. Además, suponen un gran coste económico y de oportunidad para aplicar otras medidas más orientadas al mantenimiento y uso sostenible de las poblaciones salvajes. 

Como pescadores, hemos de mentalizarnos de que sin ríos límpios no vamos a poder tener y disfrutar de truchas salvajes. No se puede seguir ignorando la realidad y repoblando de forma sistemática. Si queremos que nuestras truchas salvajes sobrevivan y se reproduzcan, lo mejor que podemos hacer es en primer lugar recuperar su medio y luego cuidarlo, facilitando en lugar de entorpeciendo su ciclo natural de vida. Se trata de cambiar las políticas anticuadas de repoblación por estrategias de conservación, restauración y manejo sostenible de las poblaciones salvajes y sus hábitats.

En estos días, el agua límpia está regresando a algunos pequeños ríos y arroyos dañados en el pasado por la contaminción del carbón y otros vertidos, y que ahora pueden albergar una vez más a la trucha salvaje. En algunas áreas de nuestra provincia, la comisión de pesca de la Junta está concentrando recursos en mejorar los ríos y arroyos en lugar de crear falsos peces. Sabemos que esto no es fácil, pero vale la pena que las administradores autonómicas, gestoras de los recursos biológicos y ambientales concentren voluntades y esfuerzos en un verdadero compromiso de salvaguardar los hábitats de nuestras poblaciones trucheras. Si los pescadores nos concienciamos, si pedimos y apoyamos con fuerza un cambio de rumbo más ambicioso, todo se puede conseguir.

Para sobrevivir y prosperar, nuestros irreemplazables peces salvajes necesitan tu apoyo, necesitan pescadores activos para protegerlos y defenderlos. Tú puedes ser uno de ellos.

Buena pesca.



Comentarios

  1. A ver si el cuerpo aguanta y un dia que este' por leon con mi hijo o sin el,y no este'liado con Lachis o LLamazares paso por navataejera y pregunto por ti.Yo,si esta' abierto, me quedo en el hotel santiago.Un saludo amigo.

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