Noviembre, tiempo de lucios 🍂

 

El lucio, “monstruo indeseable” para muchos pescadores.

¡Hola pescadores! Perseguir depredadores como el lucio del bajo Esla no es para los débiles de corazón. Es… otra historia. Olvídate de esas delicadas moscas secas y ninfas que has utilizado durante la reciente finalizada temporada de pesca de la trucha. Olvídate de las microcorrientes, las derivas perfectas sin arrastre y los sorbos de los peces en superficie. Ahora se trata de provocar al pez porque el apetitoso lucio del bajo Esla es un cazador como tú. Estamos hablando de streamers llamativos tan grandes como la palma de tu mano, cañas de mosca y una mentalidad preparada para las duras peleas.

Las truchas son divertidas, ¡claro! Pero cuando un lucio golpea tu streamer como un tren de carga y entablas una feroz lucha con él servido únicamente de una fina caña de mosca y un señuelo con un solo anzuelo, es algo que rompe todos los esquemas establecidos hasta ahora sobre las exigencias de la pesca con mosca. 

Porque no se trata de doblegar al “monstruo indeseable” a base de clavarle en sus entrañas una cucharilla con tres anzuelos arponados, ni tampoco arrancarle de su medio con la ayuda de una potente caña de seis metros y un terminal del 0.60, o de hundirle un gancho en el costado. Por cierto, ¿podríais decirme si observáis algún atisbo de deportividad en ese gesto frecuente de reventarle los ojos para sujetarlo? Un verdadero pescador debe apostar por otros métodos, ha de convencerse de que este pez no es en absoluto culpable de nada, que no se trata de ningún “tiburón de río”, y que tampoco es en modo alguno tan indeseable como las aguas contaminadas que le han obligado a remontar los ríos para sobrevivir.

En no pocas ocasiones habréis escuchado la siguiente aseveración: “el lucio es un pez de poco interés deportivo porque no lucha lo suficiente como para emocionar al pescador”. Tal afirmación no tiene fundamento alguno, desconoce quién lo dice que una templada mañana de noviembre servido de una caña de mosca y un puñado de streamers, puede en un río mediano como el bajo Esla luchar eternamente con el lucio de su vida.

Y es precisamente esta la principal y decisiva ventaja del mosquero, él puede disfrutar de una lucha sin fin y sentir cada carrera, cada intención, cada pensamiento del pez. Un pescador que se precie, ha de valorar todo esto, ha de ofrecer al pez el mayor número de oportunidades posibles, solo así vivirá las maravillosas sensaciones que ofrece la pesca del lucio, y solo así podrá finalmente exclamar… ¡No puedo, no puedo con él!

En cuanto a los streamers para pescar lucios deben reunir unas cualidades primordiales para llegar a mostrarse verdaderamente eficaces: han de ser de gran tamaño y lo más ligeros posible para facilitar el lanzado, han de tener colores fácilmente visibles y disponer de un anzuelo amplio, con buena abertura, duro, pero ligero, si es posible conectado a un trozo de cable de acero. Este tipo de señuelos son algo más difíciles de lanzar, pero ofrecen mayores garantías de clavado.

Se puede afirmar que las moscas para el lucio son las más sencillas de montar, sin embargo, mi consejo para los principiantes es que se informen en su tienda habitual de pesca antes de empezar a montar sus propias moscas, que repito deben ser lo más ligeras posible.

Streamer para lucio: imitación de un pequeño pez o babosa de diez centímetros de largo montado con pelo de conejo negro, tiras de flash brillantes de gran movilidad, ojos y un anzuelo fuerte y resistente de gran abertura sin muerte.

Iniciarse en el mundo de la pesca con grandes streamers puede ser un desafío. Los bucles cerrados y las presentaciones delicadas que nos llevó años aprender se sustituyen por lances largos y llamativos con presentaciones caóticas, casi violentas. Es una pesca que va en contra de casi todos los conceptos que tenemos sobre la pesca con mosca. Pero cuando conseguimos hacerlo bien, es la mejor manera de capturar los grandes lucios que habitan el bajo Esla, y tal vez alguna de las truchas más grandes del río.

Una caña de mosca más pesada, de 6 a 8 de peso, es una herramienta vital para pescar con grandes streamers, pero no como condicionante para la lucha o el clavado del pez, sino para conseguir transmitir a la línea la cantidad de energía que demanda un lanzado tan exigente. También un carrete de eje grande y resistente con un sistema de freno decente, y suficiente espacio para una línea de mosca más gruesa y pesada es una buena herramienta para este tipo de pesca.

Una línea de doble conicidad o incluso de cabezal de lanzamiento de conicidad potente, es la ideal para voltear con facilidad estos grandes streamers. También líneas con puntas de hundimiento incorporadas es una buena idea, ya que estas líneas pueden ayudar a mantener los streamers de poco peso en las “zonas calientes”, o sea, en “zonas de ataque”. 

Una de las cosas más difíciles de entender para los nuevos pescadores con estos streamers de gran tamaño es que no es necesario ni se debe ser delicado. Los lucios y las grandes truchas son depredadores dominantes y territoriales que no se asustan fácilmente. Y, al igual que los tiburones, se sienten atraídos por el ruido y las vibraciones. Por tanto, lanzar y pescar con grandes streamers con cuidado, como lo arias con una mosca seca, no es el camino a seguir. En lugar de eso, lanza y pesca con estos streamers con mucha explosividad y movimiento para que tengan un gran impacto tanto en el agua como en los peces.

Al lanzar un gran streamers, lo que se busca es hacer un gran chapoteo en la superficie del agua. De hecho, muchas veces, con solo lanzar uno de estos streamer al agua es suficiente para que un gran lucio hambriento salga disparado de su escondite y aplaste por completo tu streamer. 

Para finalizar una advertencia: los lucios del bajo Esla son tan grandes que pueden tragarse a un pescador de un solo bocado, así que ten cuidado donde te metes. Y otra advertencia más: si tienes la suerte de atrapar una gran trucha, trátala como se merece y devuélvela lo más rápidamente posible a su medio. Buena pesca. 



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